jueves, 9 de agosto de 2012

No hay trenes perfectos.

La vida consiste en algo tan simple como una espera en la estación del tren, en acumular viajes en diferentes trenes que cada vez te llevan mas lejos de la estación inicial.
Hay veces en las que matarías por coger el tren que cogiste hace tiempo, pero los trenes cambian cada día y, aunque el horario sea el mismo y por fuera parezca igual, cuando entras te das cuenta de que, hasta la gente que se monta en él, es totalmente diferente. Con esto os diría algo así como: "No pierdas tu tren porque jamás volverá." pero me parece una estupidez resumiros de esa forma una parte de lo que os quiero explicar.
Hay otros momentos en los que te cansas de viajar y te quedas estancado en una estación esperando que va a pasar. Te das cuenta de que por muchos trenes que cojas ninguno va a ser perfecto, te das cuenta de que siempre hay averías y ganas de escapar volando por la primera ventana abierta, pero jajajajaja el tren no abre sus ventanas, no te deja escapar sin llegar a su parada. ¿La solución es permanecer en la misma estación? Eso no lo sé, pero, por muchos trenes que cojamos, seguimos siendo humanos y siempre tendremos ese miedo a que nos atropelle el tren.




Estas tarjetas de tren y muchas más que se perdieron el camino, han sido mi vida durante mucho tiempo.

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