Y, una vez más, te han vuelto a tirar, a echar del cielo para condenarte a la tristeza terrenal. Vuelves a estar rodeado de esos colores que no brillan porque alguien (a quien no deberías haber dado ese poder) ha decidido que no te mereces la purpurina. Te ha tirado la misma persona que algún día te alzó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario