lunes, 27 de enero de 2014

Ojalá pudiese escribirte poesía, ojalá pudiese describir lo feliz que soy contigo y ojalá me durmiese pensando en las palabras bonitas que me has dicho antes de dormir. Pero no, tú eres ese que pudre la poesía con solo tocarla, el que me cabrea cuando todo está perfecto y el que no contesta el ultimo mensaje. 
Sé que me puedo desenganchar de ti, pero cuando ya estoy limpia, llegas y me intoxicas. A veces mataría por saber por qué vuelves, por qué yo, por qué no dejas de maltratar mi corazón ¿No tuviste bastante con destrozarmelo, hacérmelo pedazos y tirarlo a un fondo oscuro? No, tenías que volver cada vez que veía la luz solo para acabar estropeándolo todo. 
Gracias. Gracias por estropearlo todo cuando empieza a cobrar sentido. 

viernes, 23 de agosto de 2013

El calor no le sienta bien a mi corazoncito.

A veces solo es necesaria una vieja libreta para poder ser libre, escribir en unas cuantas hojas toda la mierda que se te pase por la cabeza, sin orden, sin sentido. Porque la vida es esto, la vida es un remolino, una locura, la vida es un montón de momentos abstractos (o raros); que a mis 18 años aún no he encontrado, en este lugar, algo con una métrica perfecta, porque la poesía es bonita, pero la locura y el caos son reales.
Se me hace raro escribir más de dos lineas, ya no es una de mis costumbres escribir lo que pienso, siento y respiro. Que cuando la musa te abandona, la letra empeora, y la guarra de mi musa me abandonó porque, supongo, que mi arte no le parecía suficiente bueno.
No sé por qué un desconocido y su canción oculta en algún callejón de Barcelona me hacen recordar cómo sentirme libre, cómo volver a mi yo real. Porque mentirle a mi libreta y hacer que mi boli escriba mentiras, me parece demasiado horrible como para hacerlo real.
A veces me pregunto cuándo me recogerán del suelo y cuándo podré volver a ese lugar que conocí hace años; y es que es jodido hacer ver que no echas de menos el cielo una vez estás en el infierno. Supongo que el riesgo de vivir es morir, y el riesgo de levantarse es volverse a hundir.
Es hora de dejar escapar a la canción, dejar en paz a su autor y, esta vez, ser yo lo que se pierde por Barcelona.



sábado, 30 de marzo de 2013

Hola pequeño, debo confesarte que te echo de menos. Me gustaría volver a hacer ver que te echo la bronca cuando te subes a la cama por la mañana y en vez de echarte de ella, acariciarte. Espero que estés bien, te agradezco que el día ese en el que lloraba en la puerta de tu casa, sola, tu vinieses a mi a animarme pidiéndome a tu manera que no llorara, gracias pequeño. Lo siento por irme de esa manera, sin despedirme de ti, seguramente nunca mas nos volvamos a ver, mejor no me preguntes por qué desaparecí de repente y no tengo pensado volver, tú no lo entiendes pero los humanos somos así de idiotas, nos peleamos, nos rompemos el corazón y no somos capaces de volver a ser amigos. Lo siento pequeño...







jueves, 21 de marzo de 2013

Como unas escaleras que suben para abajo.

Y, una vez más, te han vuelto a tirar, a echar del cielo para condenarte a la tristeza terrenal. Vuelves a estar rodeado de esos colores que no brillan porque alguien (a quien no deberías haber dado ese poder) ha decidido que no te mereces la purpurina. Te ha tirado la misma persona que algún día te alzó. 




jueves, 14 de marzo de 2013

A veces me sorprendo de lo que puede llegar a cambiar tu vida en tan solo segundos. Y es que si con cada decisión que tomamos cambiamos nuestro camino, yo he podido tener muchísimos caminos distintos y ¿Por qué he elegido este? Quizás sería una estrella del Rock si de pequeña hubiese elegido una guitarra como juguete y no una cocinita, quizás sería rica si no me hubiese peleado con una de mis amigas, y hay muchos "Quizás", muchas cosas que irían mejor si hubiese decidido diferente en su momento. Pero ¿Sabéis  qué? Si este es el camino que sigo es porque son mis decisiones, mi personalidad, mi futuro y mi camino.



martes, 19 de febrero de 2013

jueves, 14 de febrero de 2013

Echar de menos lo que nunca has tenido.

Siempre he querido saber por qué el hombre echa de menos lo que nunca ha tenido ¿de verdad somos tan inútiles?
Hoy, pensando, me he dado cuenta de que echaba de menos una noche durmiendo abrazados, eso sí, siempre después de una pizza y una sesión de cine. Hoy, escuchándome a mi misma, me he dado cuenta de que echaba de menos una vida contigo.
No sé si mis palabras las escribe el deseo, el amor o solo unos dedos con las uñas de rojo; pero ahora mismo iría hasta la puerta de tu casa y te llamaría a gritos para que bajaras y te pudiese decir que te echo de menos, que me vuelves loca. Ahora mismo me nadaría el mar si tú decides esperarme en la otra orilla con un abrazo preparado. Y te aseguro que te quiere mi deseo, mi amor y hasta mis dedos.
Y ¿sabes qué? me da igual no haber tenido todos los momentos que quiero contigo, los echo de menos porque en mis sueños siempre han estado.